Publicado en Resumen Latinoamericano

Los que están allá en Honduras

Por Wendy Funes / Resumen Latinoamericano/ 28 de enero 2018 .-
Los ellos, los diferentes, los vándalos, los que exigen pasar a una democracia participativa, los ellos que hace días se dieron cuenta que 8 de cada diez hondureños viven en la miseria, los que están allá en la Honduras que sufre desnutrición profunda y que muere por falta de alimento o que deben caminar varias horas para encontrar un centro de salud. Los ellos, más de un millón que están fuera del sistema educativo. Los ellos que están en las cárceles sin una condena o aun con condena, pero que son la escoria humana por extirpar de la sociedad.
Los ellos que están fuera de la cúpula del crimen organizado incrustado en el gobierno y por lo tanto no cuentan porque no tienen poder. Los ellos que nunca van a ser invitados a un fiesta del 4 de julio y que para ir a Estados Unidos tendrían que hacerlo mojados.
Los ellos, los que tienen mal olor en las axilas y que a los 30 años pierden los dientes por las caries, los ellos porque las ellas no existen. Los ellos que no tienen la piel blanca y que no hablan español. Los ellos que deben conformarse con un parque infantil en Las Vegas porque en su vida habrán viajado y peor a Disneylandia.
Los que están allá en Honduras, que amanecieron en los hospitales con olores nauseabundos y piso sucio, rezando para que un milagro divino les salve a su familiar ante la falta de medicamento y dinero. Los ellos que nunca se han puesto un zapato, los de Honduras que no tienen acceso a tecnología.
Los ellos, los enemigos, los que crecieron sin padre y sin madre por la explosión demográfica o porque se los arrebató la violencia y que ahora son rebeldes, son los ellos los que no se asemejan a los adolescentes lindos de Las Lomas más altas que celebran bien acá o bien en Miami. Los ellos que aunque sean talentosos nunca podrán viajar con una beca estatal para explorar toda su capacidad intelectual. Los ellos que tienen que ir a pie o en buses oxidados y repletos de gente como vacas, porque no tienen un jet de lujo o camionetas último módelo como los que tienen los hijos de la cúpula policial y militar. Los ellos de los que se burlan los militares, policías y políticos mientras brindan. Los ellos que a los 7 años están en una labranza tapizcando o sembrando maiz. Los ellos víctimas de incesto y maltrato infantil. Los ellos que pasan casi todo el día en la ociosidad por la falta de programas para el arte, el piano, el ballet, los idiomas, o el deporte.
Son los ellos los de Honduras que se cansaron de ser obreros y que les gustaría tener un poquito de dignidad aunque Dios sabe porque hace las cosas, los ellos que se rebelan a la voluntad de Dios y en vez de seguir en la pobreza o sufrir el desempleo como Dios manda quieren exigir a las autoridades impuestas por Dios que cambie estas cosas. Los de Honduras, lo ellos los enemigos de la paz y la democracia en la que siempre hemos vivido sin que nadie cuestione la voluntad de Dios de vivir bien en la opulencia, en medio de tanta miseria, aunque para lograrlo se haya llevado a cabo la quiebra de IPM, gasolinazo, conadi, pasaportazo, cubanazo, carrazo, conspiración con el narcotráfico o Pacto de Impunidad, en fin los ellos son los que se vuelven violentos porque se cansaron de la corrupción en vez de rezar y pedirle a Dios que cambie los corazones y así evitar la violencia y que podamos vivir en paz.
Los de Honduras, ellos son diferentes a nosotros que somos los que garantizamos la paz y la democracia ante la amenaza de gobiernos ñangaras que en el sur quebraron las políticas del FMI que garantizan la solidez de la economía de Estados Unidos.
Los de Honduras, ellos son el enemigo a exterminar. Las ellas, a las de Honduras a esas ni siquiera es de mencionarlas.
Los ellos que guardan sus ahorros con sacrificio en el banco para que nosotros podamos hacer juegos financieros, endeudar más al país y sobornar a la prensa para que les haga entender que ellos son los ellos, los apestados, apestosos, dignos de muerte o de tragar gas, los de Honduras, los que deberían estar siempre en paz, los distintos a nosotros: los buenos y de familias bien que cada domingo vamos a la iglesia a rezar por los ellos aunque no se lo merezcan como nosotros.

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