El Santo Patrón pesado
Oropolí, El Paraíso. La leyenda del pueblo dice que San José se quedó como patrón porque “una señora vino con el santito en celebración, en peregrinación y cuando estaba acá se les hizo pesado y no pudieron llevarlo a Yuscarán”, cuenta, sentado en su taburete Fausto Rodríguez . Don Fausto, le dicen en el pueblo.
Quisieron mover el santo hasta con una yunta de bueyes y fue imposible encontrar fuerza capaz de moverlo.
Cuando uno llega y pregunta ¿quién nos puede contar historias? lo llevan a la casa de Don Fausto. Tiene la piel como un chile morrón que va perdiendo la frescura, sus ojos -surcados por el tiempo- lucen cansados y al mismo tiempo frescos.
A través de sus pupilas, uno puede acompañarlo en su viaje de vida, iniciado el 3 de agosto de 1926, que salió del vientre de su madre.
Los cuentos del pueblo es que hay ruidos, gritos y aullidos por las noches. “Cuando estaba joven yo me iba de acá a La Angostura y oìa que me hablaban y me silbaban".
Don Fausto cuenta que un su amigo le quiso medir el valor. "En una de tantas, mi amigo Jorge Sauceda me dice que le vaya a sacar pescado y le fui a sacar a esa parte de La Angostura, íbamos a entrar a pescar cuando tronaba un palo de Guanacaste en El Jícaro, de Alauca. Era sábado, el palo (árbol) se cayó y cuando íbamos, encontramos ganado de don Andrés Valladares y el domingo en la mañana le dí parte (le contó) del ganado a Don Andrés y ¿cuál fue la sorpresa? que al volver al lugar, ahí estaba el palo bueno y sano”...
Oropolí, El Paraíso. La leyenda del pueblo dice que San José se quedó como patrón porque “una señora vino con el santito en celebración, en peregrinación y cuando estaba acá se les hizo pesado y no pudieron llevarlo a Yuscarán”, cuenta, sentado en su taburete Fausto Rodríguez . Don Fausto, le dicen en el pueblo.
Quisieron mover el santo hasta con una yunta de bueyes y fue imposible encontrar fuerza capaz de moverlo.
Cuando uno llega y pregunta ¿quién nos puede contar historias? lo llevan a la casa de Don Fausto. Tiene la piel como un chile morrón que va perdiendo la frescura, sus ojos -surcados por el tiempo- lucen cansados y al mismo tiempo frescos.
A través de sus pupilas, uno puede acompañarlo en su viaje de vida, iniciado el 3 de agosto de 1926, que salió del vientre de su madre.
Los cuentos del pueblo es que hay ruidos, gritos y aullidos por las noches. “Cuando estaba joven yo me iba de acá a La Angostura y oìa que me hablaban y me silbaban".
Don Fausto cuenta que un su amigo le quiso medir el valor. "En una de tantas, mi amigo Jorge Sauceda me dice que le vaya a sacar pescado y le fui a sacar a esa parte de La Angostura, íbamos a entrar a pescar cuando tronaba un palo de Guanacaste en El Jícaro, de Alauca. Era sábado, el palo (árbol) se cayó y cuando íbamos, encontramos ganado de don Andrés Valladares y el domingo en la mañana le dí parte (le contó) del ganado a Don Andrés y ¿cuál fue la sorpresa? que al volver al lugar, ahí estaba el palo bueno y sano”...
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