Cuevas habitadas por lencas
Por Wendy Funes
San José de Choluteca. Parece que el tiempo se hubiera detenido en la tierra caliente que se siente en la planta del pie. El calor se mete por las fosas nasales y los sanates cantan. El aire mueve con timidez los árboles y el sol es más caliente que en la costa. De vez en cuando el motor del camión que lleva la gente rompe el silencio natural y pasa por las calles empedradas, los niños se guindan de la parte de atrás. Los campesinos madrugaron hace horas, todavía sin este sol tan caliente de mediodía, los perros corren jadeantes por las calles, las sombras de los ficus refrescan la plaza. El bus es rodeado de gente que espera noticias. Un sendero de tierra árida conduce hasta la piedra falsa o a Las Crucitas como le dicen sus habitantes, debajo de una piedra está doña “Tenchita”, que canta con la caramba. De la caramba sale un sonido ancestral, el sonido que le heredaron los lencas. Ella vive a pocos pasos de la piedra falsa, piedra del Hoyo o Las Crucitas como le dicen los lugareños. Doña Tenchita, tiene los dientes ralos y ríe ingenuamente, anda sin calzado, con la espalda encorvada. Los mitos que corren por el lugar es que el diablo aró en estas tierras, que una culebra con cuernos se robaba a los niños y en las cuevas hay indicios de arte rupestre. Los habitantes dicen que los lencas habitaron estas cuevas, pero no hay un registro certero del tiempo en que estuvieron acá. Sólo quedan las leyendas de los campesinos...
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